Entonces se echó a reír y se dio cuenta de que había empezado a cambiar cuando
había aprendido a reírse de sí mismo y de lo mal que estaba actuando.
Advirtió que la
manera más rápida de cambiar es reírse de la propia estupidez. Después de hacerlo,
uno ya es libre y puede seguir avanzando.
0 opiniones/comentarios.:
Publicar un comentario