Y te fuiste. Diría "para siempre" pero no puedo. No puedo permitir que esas palabras salgan de mi boca. "Nada es para siempre" dice Fabiana Cantilo, y ojalá no se equivoque.
Tampoco podría decir que te fuiste del todo, porque seguís acá, seguís conmigo, más vivo que nunca.
Estas en mis llaves, en forma de llavero de una pelota de pool que tiene el número nueve. Estas en cada esquina. Estas en la plaza Sudamérica, por la que tengo que pasar todos los días, y es donde nos dimos nuestro primer beso. Estas en la calle Talcahuano también, donde nos dimos el último. Si hubiese sabido que ése iba a ser el último, no te hubiese soltado más. Pero no sirve aferrarse a las cosas que más que cosas son... fantasmas. Fantasmas del pasado.
Te voy a recordar siempre, de buena o de mala manera, la memoria no se me va a borrar. Voy a seguir pasando por las esquinas que alguna tarde fueron nuestras, y ahí vas a estar. Me voy a sentar en los bancos de la plaza y ahí te voy a recordar.
Voy a aprender de mis errores, voy a seguir adelante, voy a perdonar, voy a perdonarme, y más que nada voy a continuar.
El show (el show de mi vida...) debe continuar.
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