"No hablemos hoy, tenes rabia" me dijiste. Y sí, al principio sentí eso. Bronca, impotencia, rabia. Ganas de romper un plato (o tu cabeza también) contra la pared. 
Pero después ese sentimiento fue mutando. Y dejé toda la violencia de lado para darle paso a la angustia, al dolor, a algo que se asimilaba a que me estuviesen estrujando el pecho muy fuerte.. casi como cuando te dan un abrazo muy muy fuerte, pero no. 
Empecé a sentir que me desmoronaba, que me iba a desarmar. Que nadie iba a poder juntar mis piecitas para ponerlas en su lugar. 
Ahora ya no sé qué siento. Tengo un vacío horrible en el estómago, me duele a cada rato. De a momentos me pongo a pensar en la situación y empiezo a temblar. No importa cuán abrigada esté o si estoy al lado de la estufa. Tiemblo de dolor, de desesperación, porque ya no encuentro motivos lógicos o explicaciones para toda esta mierda.
Éste fue un año duro para mí. Me pegó en muchísimos aspectos. Tuve que aprender mil cosas a los golpes. Fue complicado pero a su vez revelador. Y yo sentía que POR FIN las cosas se estaban dando bien. Qué equivocada que estaba...
Mi mayor bronca con todo esto es conmigo misma. Estoy dolida conmigo. No puedo entender que no supe darme cuenta de cómo eran las cosas. No logro dilucidar cómo es que perdí en unas semanas todo el amor propio que había ganado en meses.
Todavía no sé bien cómo continuar. Ya no sé ni dónde tengo el bocho. Me siento perdida, desarmada, sin rumbo, molesta, con continuas ganas de vomitar todo. La poca comida, los tres mates que tomé, y las miles de palabras que tengo para decir. 
Pretendo que descargarme me ayude a focalizar. Necesito dejar de pensar en las cosas malas y ponerme a estudiar. Hacerlo por mí, por nadie más. Por el futuro que espero, por las cosas que deseo, por todo lo que quiero ser y voy a lograr. 

Tuve que dejar de escribir al releer desde el principio. Es duro porque recuerdo que todas las ilusiones no las formé en base a nada. Fueron la construcción de frases, de abrazos, de miradas.. que ya ni siquiera sé si fueron verdad.
Pero voy a terminar el texto (y con todo lo que tenga que hacer, también) porque lo merezco. Porque sé que soy merecedora de poder escribir sin paralizarme. Sé que tengo que poder exteriorizar las cosas para que, con el tiempo, dejen de doler. 
Ahora sí, habiendo descargado un poco, me retiro a estudiar. 
Mis únicos deseos en este momento son poder concentrarme para salir adelante con los finales, y que algún día sea capaz de leer esto con una sonrisa que signifique que otra vez me levanté, con la frente en alto, y seguí caminando.

Gracias por leer.